Parece fácil vivir desde la congruencia, lo hemos escuchado muchas veces, pero…
Lograr un equilibrio entre estas acciones (pensar, sentir, decir, hacer) requiere de nuestro compromiso y de nuestra entrega con nosotros mismos.
A nivel organizacional he podido evidenciar cómo muchas personas no se encuentran a gusto con sus trabajos, incluso cómo algunos llegan a detestarlos (Realmente no es el trabajo per se, es el poco congruente ambiente laboral). Esto se da por varias razones, sin embargo, la principal viene de adentro, viene desde nuestra propia definición que le damos a las situaciones, pues pretender cambiar a los demás, créanme, es una guerra perdida, pero cambiar mi forma de pensamiento si es posible y sobre todo lo puedo controlar.
Este proceso que muestro en la imagen, nos invita a empezar a generar acciones desde la congruencia en nuestra vida personal y profesional.
Ejemplifiquemos el resultado de dos procesos de congruencia diferentes, en dos personas diferentes, en una misma situación:
Situación: Dos personas de una misma área tienen un jefe bastante exigente y poco empático, desde su forma de ver las cosas él considera que el trabajo de sus colaboradores no debe ser reconocido pues es lo que tienen que hacer, además que los resultados obtenidos por el área son gracias a su gestión como jefe.
Ejemplo 1: La persona 1 genera un proceso de congruencia llamémoslo desfavorable:
- Pienso: Que mi trabajo no es valorado por los demás
- Siento: Me siento triste por esa falta de reconocimiento y valoración
- Digo: Hago mi trabajo con mucho esfuerzo y al final el reconocimiento se lo lleva mi jefe.
- Hago: Trabajo desmotivado pensando que quiero cambiar de trabajo.
- Resultado: ¡Nada cambia, todo sigue igual, incluso peor!
Ejemplo 2: La misma situación, pero la persona 2 genera un proceso de congruencia llamémoslo favorable:
- Pienso: Pienso que donde estoy es porque así debe ser en este momento y algo tengo que aprender, quizás no todo me guste, pero ahí estará el mayor aprendizaje.
- Siento: Me siento tranquilo y motivado porque sé que mi trabajo me aporta experiencia para mi futuro.
- Digo: Quizás hay algunas cosas por mejorar, pero cada quien da lo mejor que puede con la información que tiene.
- Hago: Hago mi trabajo lo mejor que puedo pensando en que siempre tengo algo por aprender.
- Resultado: Un trabajo que es parte del proceso de crecimiento y aprendizaje de la vida. ¡Un trabajo perfecto y necesario!
El universo nos da lo que pedimos, pues es infinitamente abundante, la cuestión es ¿qué y de qué forma le estamos pidiendo? Iniciemos siendo el cambio que queremos ver en los demás, es lo más fácil y lo que genera mayor impacto.